viernes, 11 de enero de 2013

Lo complejo de la vida




Cuando somos niños nos imaginamos un mundo y una vida totalmente diferente a lo que realmente vivimos. ¿Quién es que elige lo que nos toca vivir? ¿Nosotros o Dios? Aun sigo sin tener la respuesta, pues mucho dicen que nosotros somos los arquitectos de nuestros destino, ¿que tan cierto es esto? Cuando se supone que uno hizo exactamente lo que tenía que hacer para hoy en día tener exactamente lo que uno quería tener, pero que no lo tiene, entonces ahí es donde uno dice: “Dios sabe porque hace las cosas y como las hace”.
Mientras espero a que Dios me diga que paso dar porque entiendo que ya hice lo que me tocaba a mi hacer, pero resulta que aun no tengo lo que pensé tener a esta edad, o bueno por lo menos no todo lo que soñé tener a mis 25.

25? Wao, estoy algo vieja ya, aunque la verdad es que me siento como si tuviera 20, lo único que con más experiencias vividas y más golpes que la vida o el camino de vida que me ha tocado recorrer tiene.
Termine el colegio, termine una carrera universitaria, tuve un trabajo en una empresa reconocida que quizás todo aquel que lo veía desde fuera pensaba: “Wao muchacha pero que buen trabajo tienes” si, buen trabajo que apenas me alcanzaba para pagar renta, y comer quizás dos veces al día, entonces me pregunto: ¿de que valió tanta lucha? ¿De que valió el matarme en una universidad para tener un trabajo donde los mejores sueldos se lo llevan los que entran bien enganchados, o los mismos familiares de los dueños?

Pero para no estresarlos hablando del trabajo, vamos a la vida personal, o sea de verdad?, y aunque parezca extraño yo siento que se me está yendo la guagua, es en serio, a esta edad ya yo quería estar casada y si pretendo tener tres hijos (mínimo tengo que tener 3 trabajos) ya se me está haciendo tarde y no hay ni señas del primero.

Muchas veces nos imaginamos una vida tan distinta a lo que realmente nos ha tocado vivir, pero algo si tengo claro y es que a Dios y a la vida le doy las gracias por cada paso, por cada tropiezo,  por cada estrellón, por cada metida de pata, por las veces que me enamore, por las veces que me rompieron el corazón, por cada una de las lagrimas que he derramado le doy gracias a Dios y a la vida porque de esas lagrimas y de esos tropezones y hasta estrellones APRENDI, si aprendí a ser más fuerte, aprendí a madurar, aprendí a saber lo que quiero y lo que no, aprendí a ser YO sin importarme un pepino lo que el otro piense porque a mí NADIE me MANTIENE, aprendí a que todo en la vida pasa por una razón aunque sea para dejarme la marca del estrellón que me di, pero de todo lo que he vivido NUNCA pero NUNCA me voy a arrepentir porque sé que si miro a mi lado hay personas que la han pasado muchísimo peor.

Lo bueno de todo esto es que confió en Dios, confió en MI y confió en que el bendito camino que me ha tocado recorrer se arregle…. Bájale algo papa Dios porque no fue así que hablamos.

1 comentario: